Desgraciadamente esto es jodidamente cierto. La pasión, el afecto, el cariño, el deseo... un sentimiento intenso. Los celos, la ira, el amor, el odio... esas emociones que hacen que nos domine la voluntad, que nos perturbe la razón, que nos nuble la mente y hagamos las cosas sin pensar. Sí.. sin pensar. Luego, a traición aparece la lógica. Sí, tú, otra vez, fastidiando los momentos bonitos. Esa lógica que te da la capacidad de razonar y actuar con sentido común. ¿Que necesidad hay de pensar en la lógica? ¿Que necesidad hay de pensar que algo tiene sentido? Con lo bonito que es hacer las cosas arriesgandote, equivocandote... Porque la vida es eso: Equivocarte, aprender y volver a equivocarte y volver a aprender.
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